¡Danzad para vivir!

Ordenados y desordenados. Guiados y libres. Cortos y largos. Discretos y exagerados, explosivos.

Casi imperceptibles y descarados.

Pasos que esconden vidas, vida. Pasos que destapan latidos que parecen descompasados y marcan un compás perfectamente imperfecto.

Pasos que son seguidos, acompañados, aprendidos y aprehendidos por miradas, por manos que dejaron de ser propias para ser con ellos, para ellos.

Años a... 18 para ser más exacto, que se rompió la puerta, una de las puertas, la de la danza inclusiva, y con fuerza, sin pedir el permiso que nadie les tenía que dar.

Seguramente, no, sin duda, algún experto en danza podría, si no lo ha hecho ya, dar una lección de los logros conseguidos, de los beneficios del baile, etc...

Yo, en mi humilde banco, sentado junto con otros (padres en su mayoría y mi compañera), en la aquella aula bajo el llamado Puente del Cachorro, en Sevilla, esperando con ganas ver esa clase abierta que ellos han preparado, tan solo contaré mis latidos de aquellos minutos.

El profesor comienza explicando lo que vamos a ver....irradia ilusión.

Pone la música y sale del aula junto con los alumnos.

Al ritmo de los acordes van saliendo en fila y ejecutando movimientos. Que libertad, que marcado su sello de lo no marcado.

Cada uno va expresando lo que siente, algunos monitores van ayudando o mejor dicho, observando apenas a un paso detrás de cada uno, o incluso a milímetros imperceptibles.

Ellos, los y las protagonistas, miran, incluso saludan de vez en cuando al reducido publico.

Yo, miro desde dentro, reconozco que no los sé mirar de otra forma, el espectáculo.

Me encanta. Casi que me gustaría formar parte de el.

Se me hace corto el tiempo para fijarme en todos.

Acaba, el profesor muestra el orgullo que siente por cada uno de ellos.

Yo sonrío, pensando que encamino mis pasos, feliz por lo que acabo de ver. Agradecido por la invitación de Pilar, la madre de Daniel.

Agradecido con Danza Mobile por todo lo que hacen crecer en la sociedad, por esas plantas desiguales, divertidas, que alimentan tanto...